“VITAMINA” ¿PARA SER FELIZ?

Cada día es una lucha interna. Sentía que el tiempo se me pasaba muy rápido, que los cursos en la universidad se me hacían más pesados, que los profesores eran más exigentes conmigo, y el estrés de la chamba, que no hacía mucho empecé,  hacía que me sintiera más cansado aún. De otro lado, siempre anhelé ser un gran profesional, llevaba tres años estudiando ingeniería y esperaba más adelante ser el apoyo de mis padres y mis hermanos. Tuve algo de suerte porque la chamba que conseguí era en una empresa de prestigio y sería una buena carta de presentación en mi CV.
Fue así cuando decidí buscar el consejo de un amigo, que también pasaba por la misma situación y que, según me enteré, consume “vitaminas” para estar siempre ‘animado’ a pesar de todas las actividades que dice cumplir. Fue la única salida fácil que encontré. 

QUIERO SER MAS QUE SU AMIGA

Hola soy Esperanza tengo 17 años, al igual que él, desde que lo vi cuando postulamos a la Universidad no he dejado de contemplarlo y suspirar, creo que estoy enamorada, pero no tengo el valor de decírselo; además a él le gusta otra chica, pero a ella no le gusta él, suena extraño. Un día yo estaba sentada al lado de mi mejor amiga y con ella buscaba un video en internet para terminar la tarea que el profesor nos había dejado, fue entonces que mi amiga me dijo al oído: “Te está mirando”. Yo sin hacerle caso, seguí en lo mío, pasaron unos minutos, y sentí un brazo en mi espalda, era él: “Hola”. Yo nerviosa le dije: “Hola… ¿qué haces aquí?” – “Nada, solo quería preguntarte algo”, me dijo. 

UNA DIFÍCIL DECISIÓN

Hasta hace unos días todo estaba ok, hoy estoy pasando por el peor momento de mi vida, me siento entre la espada y la pared, no sé qué hacer.
Mi mamá llora mucho, mi papá aunque nunca ha sido cariñoso conmigo, no me había golpeado, pero esta vez lo hizo. Ellos dicen que no tengo edad para tener una pareja, que él no me conviene y que los he decepcionado; pero ¿Qué saben ellos? Con él yo la paso muy bien, los dos nos sentimos felices, aparte de ser mi enamorado es mi mejor amigo, el amigo que nunca tuve, me siento en confianza y hablo con él más que con nadie.

Pero la verdad es que no me gusta estar mal con mis padres, esto es muy difícil porque mi vida la conforman ambos, mis padres y mi enamorado. Conversé con mi tutora, con  algunas amigas y si, pensé que pueden tener razón, que él se comporta a veces de una manera exagerada. Él es un poquito celoso, especialmente cuando vamos a las fiestas y se pone a tomar, el trago lo pone un poco pesado, en eso se parece a su papá, yo he visto algunas discusiones entre sus padres por el alcohol y los celos, pero luego se amistan y todo bien, además ¿Qué pareja no tiene problemas? 

HOY RECORDÉ A UN AMIGO



Mi amigo Pipe jugaba fulbito y era delantero, se distinguía por ser el mejor jugador del equipo, por lo que muchos equipos se interesaron en tenerlo en sus filas. Fue así que empezó a entrenar para llegar a formar parte de uno importante y hacer que sus padres se sintieran orgullosos de él.
La madre de Pipe empezó a incomodarse cuando él faltaba a sus estudios, y al preguntarle, él le dijo que todo era debido a los entrenamientos, lo que la tranquilizaba y hacía sentir orgullosa como madre. Pero esas ausencias cada día se prolongaban más y su inasistencia al colegio empezó a ser notable. Fue cuando Pipe le dijo a su mamá que había decidido dedicarse por completo al fútbol y ser profesional, pero para ello era necesario abandonar los estudios. Su madre no esperaba tal decisión, pero lo apoyó. 
Pasó el tiempo y Pipe frecuentaba mucho la calle. Su madre entendía eso considerando que era parte de su preparación deportiva, pero un día una vecina le comunicó algo urgente: “Tu hijo está consumiendo drogas”. Ella no aceptó esta noticia y la sacó de su casa diciéndole: “¡Mentirosa!”, pues creía que todo esto era producto de la envidia de los logros de su hijo. Es en ese momento que Pipe llega a casa y es confrontado por la vecina: ¡Pipe, dile a tu mamá que estás consumiendo drogas!. Él se desplomó y con lágrimas en los ojos, dijo: "Mamá.. soy un drogadicto". Su mamá sintió que el mundo se le venía abajo ante la inesperada confesión y por la cólera le dijo: "No quiero drogadictos en mi casa, así es que te me vas de aquí ahora mismo". Pipe sin decir palabra y con lo que tenía puesto se fue de allí. Sin embargo todos los días regresaba a casa buscando qué comer y dónde dormir, pero su madre nunca le abría la puerta a pesar de que muchas veces lo encontró dormido en la entrada.
Pasaron meses y Pipe ya no volvió a casa, la calle se convirtió en su hogar y la droga en el centro de su vida. A veces la madre tenía noticias de su hijo por medio de las vecinas y amigos, que lo veían “vagabundear” por los barrios cercanos. En ocasiones ella veía pasar a una persona con capucha que se detenía al frente, mirando por unos segundos la casa. Quería pensar que era su hijo. En ella se mezclaban las ganas de salir corriendo a abrazarlo y la amargura por haber tirado a la basura todos los sueños de ser un gran futbolista. Sin embargo, por miedo y vergüenza, lo dejaba pasar.