El Accidente Cerebrovascular
(ACV), es una enfermedad vascular que afecta a las
arterias del cerebro o que llegan al cerebro. Por diversas causas las células
del cerebro quedan sin oxígeno y pierden su función, apareciendo cuadros de
parálisis de medio cuerpo, trastornos del habla, etc.; esta enfermedad suele
considerarse un problema de los adultos mayores. Los expertos explican que los
cambios que produce en el corazón y en la sangre el consumo de alcohol en exceso o de drogas aumentarían el riesgo de
sufrir infarto cerebral antes de tiempo.
LA ADICCIÓN, ¿UNA ENFERMEDAD?
Es común
escuchar de familiares de consumidores de drogas, frases como: “Mi hijo no es
un enfermo”, “él está bien, solo es una etapa”, “ya se le pasará”, “cuando
estudie dejará de consumir” y muchas frases más que mostrarían al consumo
adictivo como una “moda”, una etapa que el adolescente o joven pasa y que
“mágicamente” se termina.
Es por ello
que cuando el profesional en adicciones interviene a la familia y al adicto,
choca con una cantidad de creencias y mitos acerca de la adicción, que
dificultan su comprensión y tratamiento.
¿LA PASTILLA ES LA SOLUCIÓN?
Mily,
es una adolescente de 14 años de edad, cursa el 3er año de secundaria, vive con
sus padres y su hermano menor.
Es una
alumna con buen rendimiento en la escuela, respetuosa de las normas de la casa
y del colegio.
Ocupa
su tiempo en realizar sus deberes escolares, le gusta mucho escuchar música y
escribir.
Su
madre está pensando acercarse cada vez más a su hija, de hecho está buscando
ayuda porque en las últimas semanas ha observado a Mily triste, no sonríe, no
habla y está muy preocupada porque encontró este escrito:
INÉS, EXTRAÑO AMOR
Sentada al pie de su cama,
Inés busca respuestas a tan intenso dolor que le revienta en el pecho, la
pesada culpa y la vergüenza que carga en la espalda la agobian. Ha asistido al
médico por ese fuerte dolor, pero le dicen que es estrés, que todo es
psicológico.
Su día transcurre entre cuidar
a su hija de año y dos meses y en atender el reciente negocio de venta de
menús, que ofrece a los vecinos sin lograr aún el éxito que esperaba. Desde
hace casi un año calla un sentimiento tóxico que no la deja concentrarse, según
ella es un secreto, sin embargo todos los
vecinos murmuran al detalle un secreto a voces; Ramiro, su conviviente es
consumidor de drogas y le gusta la buena vida.
Se conocen desde los 13 años,
eran patas de barrio, siempre hubo atracción entre ellos, él era el líder del
grupito, zalamero, con mucho floro, con
buenas calificaciones en el cole y conocido por su buen desenvolvimiento en las
exposiciones; ella sabía que había tenido algunos problemas en el colegio y
había sido suspendido por llevar “hierba” en el canguro; cada vez que contaban
eso entre los patas, era el alegre relato del cual todos se vacilaban, ¡claro!
Ramiro sacaba pecho cuando hablaban de él y sus hazañas. En aquella época, entre
ellos dos solían pasar cosas como besos y abrazos pero para su desgracia nunca
se formalizó nada.
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