ALCOHOL Y ESTIMULANTES: ¿BUENA COMBINACIÓN?


Para muchos jóvenes las noches de diversión y de “juerga” están asociadas a maneras muy particulares de pasarlo bien. Ej: En casa con los amigos, una disco, a comer, al cine, teatro, conciertos, etc. Por otro lado, el consumo de alcohol ha sido y sigue siendo para muchos jóvenes un medio para “animarse, empilarse” ¿Te ha ocurrido alguna vez?; hoy en día nos encontramos con una variada carta de tragos que propone sabores, colores y presentaciones novedosas, sin embargo, ¿qué podría ocasionar esta atractiva combinación, sabes a lo que expones a tu organismo?

Mezclar una bebida alcohólica (cerveza, vino, whisky, vodka, pisco, ente otras) -considerada de tipo depresora del sistema nervioso central por afectar su actividad normal-, con estimulantes (los llamados energizantes) generará una confusión en el funcionamiento normal de tu organismo.
Inicialmente podría ofrecerte sensaciones de euforia, alegría, desinhibición, una falsa percepción “de aguantar más”, pero tras la ingesta puede provocar taquicardias, deshidratación, dolor de cabeza, descoordinación de movimientos, visión borrosa, hipertensión, vómito y hasta nerviosismo.
La mezcla de ambas sustancias tiene un efecto superior que multiplica los riesgos.
Según el investigador Jonathan Howland, profesor de ciencias de salud comunitaria de la Universidad de Boston, de los Estados Unidos, “los pocos estudios que se han llevado a cabo sobre los riesgos de la mezcla de alcohol con bebidas cafeinadas revelan que los que lo consumen tienen tres veces más riesgo de salir de un bar altamente intoxicados, comparados con los que consumen alcohol sin cafeína. Y cuatro veces más riesgo de intentar conducir después de salir del bar intoxicado, agrega. Otro estudio encontró que los estudiantes que consumen esas bebidas tienen el doble de riesgo de cometer o ser víctima de un ataque sexual, viajar en un automóvil con un conductor intoxicado, tener un accidente relacionado con el alcohol o requerir tratamiento médico.

Bueno, la decisión de cuánto y qué beber finalmente es nuestra. ¡Recuerda! Infórmate, decide bien, la decisión es tuya.

EL USO DE LAS REDES SOCIALES

Las tecnologías (internet, redes sociales, videojuegos) forman parte de nuestro día a día, que nos comunican rápidamente con el mundo pero que nos pueden traer otro tipo de consecuencias. Entonces…ocurre lo siguiente, empieza el día, te levantas y de repente tu mirada se dirige al celular que está ahí en tu mesa, lo coges y te pones a chequear las actualizaciones, algo nuevo que enterarse, publicar, cómo te sientes o comentar las fotos de tus contactos, te alistas, tomas desayuno y estando en la mesa te detienes para responder los mensajes que te alertan del whatsapp, apenas pudiste probar unos cuantos bocados y sales apurado para llegar a la escuela, durante el trayecto continuas conectado sin percatarte de lo que ocurre a tu alrededor; ya en clases el tema es tedioso y difícil de entender  entonces te dedicas a seguir mensajeando desde tu celular, termina las clase y te preocupas ya que no has entendido una vez más lo que dijo el profesor; y así transcurre tu tarde ya en casa chateando, mensajeando, revisando vídeos, colgando fotos, etc.

El mundo desde una ventana del celular
En las redes sociales intentamos mostrar cómo queremos ser y no cómo somos en realidad, pudiendo llegar a percibir que la vida de los demás está exenta de problemas y es mucho más interesante y emocionante que la nuestra. La identidad social, especialmente en los jóvenes que viven inmersos en las nuevas tecnologías se está moldeando una delgada frontera Real/Virtual. Los especialistas advierten del síndrome de perderse algo o FOMO (fear of missing out, se trata de aquella sensación de estar perdiéndose algo cuando miramos en las redes sociales y vemos que amigos o familiares han colocado varias fotos que muestran sus salidas, la manera como se divierten, que están cenando o han visitado un nuevo lugar), los niveles altos de este síndrome, correlacionan positivamente con circunstancias sociales como el bajo nivel de satisfacción social, lo que causa sentimientos de inferioridad.  La investigación sugiere que FOMO puede llegar a provocar problemas en la salud mental de las personas, ya que puede producir depresión o ansiedad.