Así transcurrió varios meses, todo estaba “bien” para mí, pues sabía mis jugadas, mis estrategias, me buscaban para hablar conmigo para que les enseñara a jugar o incluso pasarles su juego, de esa manera ya tenía dinero para mi juego…pero llegó un momento donde me sentí cansado. Las cosas en casa ya eran difíciles, solo recibía gritos y amenazas de mis padres, incluso me sacaron del cole porque ya iba a repetir de año… intenté muchas veces cumplir las promesas que le hacía a mi mamá, “te prometo que hoy no jugaré”, pero esa sensación de que me faltaba algo, volvía aparecer, me mordía las uñas, trataba de distraerme con la tele, pero peor…más ganas me daban de jugar, y así rompía las promesas. Me era difícil dormir, era como si los personajes de todos los juegos que juagaba, aparecían en mi mente y hacían de mi lo que querían, es como si ellos tuvieran el dominio de mi ser… y así pasaba las madrugadas, despertándome a cada rato, llegaba hasta las lágrimas porque ya no quería estar así, estaba muy cansado y triste; mis padres estaban preocupados…baje de peso, ya no quería bañarme, me aleje de todo y todos… es que solo pensaba en el juego y no miraba las cosas que pasaban a mi alrededor.
Ahora, sentado en mi cama, recuerdo todo lo que perdí y todo lo que me quitó el juego… Es de madrugada y sé que necesito ayuda, ya no quiero seguir de esta manera, solo espero que aún no sea tarde para mi.
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