EL JUEGO DE MI VIDA

Fue un día cuando los juegos me cambiaron la vida. Nunca había sentido tal sensación… tener en mis manos el dominio sobre los personajes que yo quería, imaginaba mis estrategias y jugadas, a veces me amanecía pensando mi siguiente jugada, no quería detenerlo, cada vez me entusiasmaba más, y no veía la hora de colocarlas en práctica. Mamá exageraba todo, es cierto que baje mis notas, pero para eso estaban los exámenes finales, una buena nota ahí, te subía todo… lo de las faltas… es que a veces iba con unos amigos a jugar en el internet y no íbamos al cole, pero el profe entendía “que mamá no se sentía bien y no podía dejarla sola”; algunas veces había dinero en la mesa, en la cómoda, en la vitrina…si lo dejaban por ahí, era para una “urgencia” y mi urgencia era una media hora o una hora de juego… cuando pueda lo devolvería. Lo que no entendía que algunos amigos se alejaron de mí, decían que me había enviciado en el juego, y no era así, yo creo que estaban celosos pues les ganaba en todos los juegos; se alejaron de mí… en fin, tenía más amigos en la red, y compartíamos el mismo lenguaje “gamer”.


Así transcurrió varios meses, todo estaba “bien” para mí, pues sabía mis jugadas, mis estrategias, me buscaban para hablar conmigo para que les enseñara a jugar o incluso pasarles su juego, de esa manera ya tenía dinero para mi juego…pero llegó un momento donde me sentí cansado. Las cosas en casa ya eran difíciles, solo recibía gritos y amenazas de mis padres, incluso me sacaron del cole porque ya iba a repetir de año… intenté muchas veces cumplir las promesas que le hacía a mi mamá, “te prometo que hoy no jugaré”, pero esa sensación de que me faltaba algo, volvía aparecer, me mordía las uñas, trataba de distraerme con la tele, pero peor…más ganas me daban de jugar, y así rompía las promesas. Me era difícil dormir, era como si los personajes de todos los juegos que juagaba, aparecían en mi mente y hacían de mi lo que querían, es como si ellos tuvieran el dominio de mi ser… y así pasaba las madrugadas, despertándome a cada rato, llegaba hasta las lágrimas porque ya no quería estar así, estaba muy cansado y triste; mis padres estaban preocupados…baje de peso, ya no quería bañarme, me aleje de todo y todos… es que solo pensaba en el juego y no miraba las cosas que pasaban a mi alrededor.



Ahora, sentado en mi cama, recuerdo todo lo que perdí y todo lo que me quitó el juego… Es de madrugada y sé que necesito ayuda, ya no quiero seguir de esta manera, solo espero que aún no sea tarde para mi.

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