A
veces pienso que muchas personas, así como yo, viven deprimidas. No sé cómo
entender esto y, justamente, eso es lo que me hace suponer que vivo deprimido.
No siento nada. No me puedo sentir. No puedo expresar lo que siento porque no
organizo lo que pienso y quiero expresar. Antes sí. Antes tuve vida, tuve
fuerza.
En realidad siento que está ahí, siento que está tapada, influenciada
por mi sentimiento de frustración, por mi pesar, por la tristeza que alberga mi
vida, por las consecuencias de mis actos, mis pensamientos negativos,
destructivos y catastróficos; mi falta de fe y esperanza, mi visión floja y
temerosa del mundo, mi sentimiento de inferioridad, de vulnerabilidad, mi
aspecto físico y mis pocas ganas de luchar.