Ya casi es de noche. Entro a mi
habitación. Esta vez no prendo las luces y camino muy despacio hacia mi gran
espejo. Me detengo frente a él y lo miro fijamente, como siempre lo he hecho, levantando
mi rostro y sonriendo, pero ahora mi mirada es distinta: ya no luce como antes,
ya no parece tan vacía. Retrocedo algunos pasos y me acuesto en mi cama
empezando a recordar.
Todo empezó aproximadamente hace
2 años. Era un día de verano y faltaban pocos días para volver a estudiar después
de las vacaciones.
Todo era estupendo. Vería más seguido a mis amigas y
saldríamos a conversar sobre todo lo que habíamos hecho en este tiempo.Yo había notado que había subido
un poco de peso en las vacaciones, pero era algo a lo que no le daba importancia
hasta ese entonces. Pero un día, cuando salí con mis amigas a pasear, entramos
a una tienda de ropa y comenzamos a ver lo nuevo que había en ella.