LA ÚLTIMA VEZ QUE TE HAGO LA TAREA

Esta historia es sobre mi mejor amigo. Él y yo nacimos en la Maternidad de Lima, ambos somos del mismo barrio, crecimos juntos y fuimos al mismo colegio. Yo le hacía las tareas de matemáticas y él me hacía los resúmenes de comunicación. Los fines de semana la palabra GOL era su favorita. Algunas noches cuando mi viejo llegaba borracho me iba a su casa. Él avisaba que yo estaba ahí. Yo hacía lo mismo por él.  Fuimos inseparables, hasta hace 11 meses. Lo recuerdo muy bien porque fue el mes en que le pedí a Meche que fuera mi novia. Ese mes, él empezó a consumir pasta. Me dijo: “no puedo explicarlo, pero todo se siente súper…”. No le di mucha importancia, creí
que era pasajero. Además yo estaba templadazo de Meche: sentía que ella era mi mundo, que era todo para mí.

Un jueves por la tarde él fue a mi casa. Me dijo que necesitaba dinero para la pasta. Le dije que se estaba volviendo dependiente de la droga. Como no le di el dinero se fue gritando y enojado. Lo tengo claro porque ese jueves cumplí un mes con Meche y ella se molestó y me gritó porque me vio conversar con una amiga. Esa misma noche le grité a mi madre. No sabía lo que hacía, sólo pensaba en mi problema con Meche.

Muchísimas veces lo vi fumando pasta en el canchón detrás del colegio, escondido como un animalito. Estoy seguro que lo vi muchas veces porque yo iba ahí sólo para pelear con Meche por lo de siempre: sus celos o los míos.

Una noche de marzo tuve miedo porque lo vi flaco, sucio y acabado. No era el mismo. Quise hablar con él, que entendiera que se había vuelto dependiente de la droga. Pero no me reconocía. Era como si la droga le hubiera borrado toda la memoria. En mi cabeza tengo grabado ese momento ya que para variar venía de pelear con Meche. Estaba asustado porque esa vez nos fuimos a las manos: ella me arañó el rostro, yo le di una cachetada y me fui. Sé que debíamos terminar, pero no podía dejar a Meche: la necesitaba, sin ella no era nadie.






No podía dejar de pensar en mi amigo: ese niño con el que crecí, que me ayudaba en el cole con mis tareas, con quien gritaba cada gol, el que me apañaba mis travesuras. Ahora él estaba a un paso de morir por la drogas. Un 18 de marzo fui a buscarlo. Era su cumpleaños. Quería decirle que lo ayudaría para que deje su adicción. Aquella mañana ya no lo encontré. Fui a su casa a preguntar por él. Su madre me sentó a la mesa y me dijo que hace una semana había muerto de sobredosis. Yo no lo podía creer. Me dio una carta que me dejó y en ella decía:

Querido Tavo:

Sé que ahora no soy el mejor para dar consejos, pero quiero que leas esto. Creo que tu relación con Meche no te hace bien. Empezaste muy ilusionado y te dejaste llevar por lo bien que te sentías. Al mes ya discutías y te la desquitabas con tu familia. Muchísimas noches desde el canchón te vi pelear con Meche y me enteré que los dos se golpearon. Sé que no soy el más indicado para decirte esto, pero creo que sería sano que terminen esa relación antes de que tú y Meche se dañen más. Es un consejo, pero al final es tu decisión. Sé que vendrás en mi cumple y tratarás de convencerme para que deje la droga. Yo también haré lo mismo, intentaré convencerte de que terminen esa relación, solo que no sé si llegue a poder decírtelo cara a cara. Por eso te escribo esta carta, por si no llego a tiempo. Que ironía ¿no? Tú quieres que deje la droga y yo quiero que dejes esa relación. Lo más irónico es que ninguno reconoce el gran daño que le causa su adicción a cada uno: yo con la pasta y tú con Meche.

Cuídate porque esta es la última vez que te resumo algo y que te hago la tarea.

Un abrazo

Pocho


Hoy me doy cuenta del daño que me hacía y que le hacía a Meche, que espere tocar fondo y tener que ver a mi amigo partir para darme cuenta que yo también me había vuelto dependiente. Que termináramos esa relación fue doloroso, pero fue lo mejor para ella y para mí.

Pocho partió un 11 de marzo y es cierto que fue la última vez que me hizo la tarea.

¿Y tú? ¿Qué aprendiste de ti en esta historia?


Mario Cesar Huamaní
Terapeuta Gestalt

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